
A fin de salvaguardar la rica biodiversidad de
ecosistemas y especies en un entorno marino de gran valor, el Ministerio de Ambiente
(MiAMBIENTE) anunció la modificación de la Resolución N.° DM-0361-2024 del 19 de
septiembre de 2024, que crea el Refugio de Vida Silvestre Saboga, mediante la Resolución
N.° DM-0387-2025 del 22 de septiembre de 2025.
La Resolución N.° DM-0387-2025 corrige el artículo 3 de la Resolución DM-0361-2024 del
12 de septiembre de 2024, estableciendo que el área protegida Refugio de Vida Silvestre
Saboga, en la provincia de Panamá, tendrá una superficie marina de 81.884 kilómetros
cuadrados, mientras que el área terrestre insular abarcará 1.097 kilómetros cuadrados,
comprendidos por Isla Pacheca/Pachequilla, Isla Bartolomé, Isla Chitre e islotes aledaños.
Estas islas se encuentran en el corregimiento de Saboga, distrito de Balboa, provincia de
Panamá, dentro del golfo de Panamá, ubicado en el Archipiélago de Las Perlas, en el
océano Pacífico.
Este nuevo espacio protegido, localizado en el corregimiento de Saboga, en el golfo de
Panamá, abarca una extensión de 82.981 kilómetros cuadrados (8,298.1 hectáreas) y
alberga una impresionante variedad de especies marinas, muchas de las cuales aún están
por descubrir y estudiar.
Históricamente, Saboga ha sido un sitio crucial para la reproducción de cuatro especies de
tortugas marinas: la tortuga carey (Eretmochelys imbricata), la tortuga verde (Chelonia
mydas), la tortuga laúd o baula y la tortuga lora o golfina (Lepidochelys olivacea). Además,
se identifica como un hábitat de crianza para tiburones martillo y ballenas jorobadas. La
boa sabogana, endémica de la zona, es otro de los objetos de conservación que se busca
proteger con la creación de este refugio.
Este esfuerzo ha sido posible gracias a la colaboración entre la comunidad local,
organizaciones no gubernamentales y entidades gubernamentales como la Autoridad de
Recursos Acuáticos (ARAP), el Servicio Nacional Aeronaval (SENAN), la Fundación Tortugas
del Mar de Colombia, entre otras, reafirmando así el compromiso del país con la
sostenibilidad y la protección de la vida silvestre.
Aida Magaña, ingeniera náutica y sabogana, reconoció el gran impacto que ha tenido este
proyecto en la isla: “Los lugareños desconocíamos el potencial que teníamos. Los niños
han despertado un gran interés en la conservación y el cuidado del medio ambiente.
Sabemos que Saboga es el hogar de muchas tortugas marinas y otras especies. Estamos
agradecidos con todos los que han trabajado en esta investigación y en el logro obtenido
para nuestra isla, la bahía encantada”.